3.2 Los primeros prelados de la Provincia Eclesiástica
Rafael Otón Castro, Antonio Monestel y Agustín Blessing fueron los elegidos para encabezar, respectivamente, la Arquidiócesis de San José, la Diócesis de Alajuela y el Vicariato Apostólico de Limón.
Mons. Castro y Mons. Monestel se formaron ambos como sacerdotes en Roma y antes de ser electos obispos tuvieron la oportunidad de desempeñar importantes responsabilidades en la Iglesia: Rafael Otón Castro fue vicario capitular sede vacante antes de la elección de Mons. Stork como III Obispo de San José y, posteriormente, vicario general de la Diócesis de Granada, (Nicaragua); mientras que Antonio Monestel fue obispo coadjutor de Tegucigalpa (Honduras).
Agustín Blessing, por su parte, tuvo entre 1893 y 1920 una trayectoria plenamente ligada a la Congregación de la Misión en Costa Rica, tanto en el seminario (como profesor y después como rector) como en Talamanca, donde misionó entre 1899 y 1905.
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Los vicariatos apostólicos en Centroamérica
Casi todas las nuevas provincias eclesiásticas centroamericanas incluyeron un vicariato apostólico en zonas que se consideraron como tierra de misión, a cargo de una orden religiosa y generalmente en su costa atlántica.
Estos vicariatos fueron el Vicariato Apostólico de San Pedro Sula, atendido por la Congregación de la Misión (Honduras); el Vicariato Apostólico de Bluefields, atendido por los franciscanos (Nicaragua); el Vicariato Apostólico de Limón, atendido también por la Congregación de la Misión (Costa Rica); y, finalmente, el Vicaritato Apostólico del Darién, atendido por los misioneros claretianos (Panamá).
El Código de Derecho Canónico vigente entonces (aprobado en 1917) regulaba los vicariatos apostólicos (y las prefecturas apostólicas) en sus cánones 293 al 311, mientras que el Código de Derecho Canónico actual se refiere a ellos en el canón371.1. Tienen las mismas facultades que los obispos en sus diócesis, pero las ejercen en nombre del Papa (es decir, tienen potestad ordinaria pero no propia, sino vicaria).
El vicariato apostólico, con el tiempo y conforme progresa en su territorio la evangelización, puede ser elevado a la categoría de diócesis.
Esto sucedió con el Vicariato Apostólico de Limón: Creado como hemos visto en 1921, estuvo regido desde sus orígenes por religiosos de la Congregación de la Misión hasta 1979. En 1980, Alfonso Coto Monge, sacerdote diocesano, fue nombrado Vicario Apostólico de Limón. El 30 de diciembre de 1994, Limón fue elevado al rango de diócesis, ordenándose al año siguiente José Francisco Ulloa Rojas como su primer obispo.
De los antiguos vicariatos apostólicos centroamericanos solo subsiste el del Darién, aunque de su territorio se desmembró en 1988 la Diócesis de Colón.