2.2 La Diócesis de San José de Costa Rica
En el siglo XVIII se constituyó la Villa Nueva de la Boca del Monte. En ella se construyó una ermita como filial de la Parroquia de Cartago, que fue puesta bajo el título del santo patriarca san José. En 1767 San José fue elevada al rango de parroquia.
Al erigirse la Diócesis de San José en 1850, el templo parroquial de San José adquirió al mismo tiempo la categoría de Catedral de la nueva diócesis.
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Ya en el siglo XVI las autoridades de Costa Rica habían solicitado la creación de una diócesis para la entonces provincia. Estas solicitudes se vuelven a dar en los últimos años del periodo colonial y con especial insistencia una vez obtenida la independencia política. Las gestiones gubernamentales en pro del obispado se intensificaron durante el gobierno de Castro Madriz, coincidiendo con la declaración de Costa Rica como República, y finalmente, siendo presidente Juan Rafael Mora Porras, el 28 de febrero de 1850 el Papa Pío IX, por medio de la Bula Christianae Religionis Autor, erigió la Diócesis de San José, desmembrando “de la Diócesis del Obispado de Nicaragua todo aquel territorio de que al presente se compone el enunciado Estado de Costa Rica”.
El primer obispo de San José, Anselmo Llorente y Lafuente, fue nombrado por la Santa Sede el 10 de abril de 1851, fue consagrado en Guatemala por Monseñor Peláez el 7 de octubre y tomó posesión de su nueva diócesis el 28 de diciembre de ese año, desempeñando su ministerio hasta el 22 de septiembre de 1871, fecha de su fallecimiento. Le sucedieron en la sede episcopal de San José Monseñor Bernardo Augusto Thiel (1880-1901) y Monseñor Juan Gaspar Stork (1904-1920), ambos alemanes y pertenecientes a la Congregación de la Misión.
En esta etapa se da el proceso de organización y desarrollo de la Diócesis, con la estructuración de la Curia diocesana y el Cabildo catedralicio, la creación de nuevas parroquias por todo el país, la construcción de la Catedral, la creación del seminario, la celebración del primer y segundo sínodos diocesanos (en 1881 y en 1910, respectivamente) y el impulso de la catequesis y de las misiones.
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Anselmo Llorente y Lafuente, colocó en el escudo de la nueva Diócesis de San José, un lirio, símbolo de la castidad del patriarca y la frase bíblica «Ite ad Ioseph» «Id a José» (Gn 41, 55), con la cual en el Antiguo Testamento, el faraón de Egipto, ante el hambre que arreciaba en el país, envía a los necesitados a José, el hijo de Jacob, que era el administrador de los graneros, para que proveyera las necesidades del pueblo.
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Los tres primeros obispos de San José
Monseñor Llorente, Mons. Thiel y Mons. Stork fueron la cabeza de la Iglesia costarricense en el periodo 1850-1920.
Pusieron las bases de la iglesia diocesana: Organización de la Curia y del Cabildo catedral, celebración de los dos primeros sínodos diocesanos (en 1881 y en 1910), fomento de la red parroquial, formación del clero (a través del seminario diocesano, de las conferencias del clero, del Mensajero del Clero), publicación del semanario Eco Católico...
Su labor hizo posible la creación de la Provincia Eclesiástica en 1921.
Las parroquias
Los obispos de San José crearon parroquias por todo el país y nombraron a sus párrocos y colaboradores.
La agrupación documental Fondos Antiguos y la serie de libros de acuerdos, ambos en el Archivo Histórico Arquidiocesano, permite conocer el origen y desarrollo de las parroquias costarricenses hasta 1920: Las inquietudes e iniciativas de los vecinos del lugar, la demarcación de sus límites, los sacerdotes y vecinos que colaboraron...
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